Tuesday, February 17, 2015

El espejismo de la propiedad no estatal devino en un avasallamiento cotidiano

Por: Daneibys de la Celda Duany
www.camagueypress.blogspot.com
Email: delacelda@nauta.cu 


CAMAGUEY, Cuba – 15 de febrero de 2015 - Los camagüeyanos de a pie, como en toda la isla, se alegraron con la supuesta apertura del trabajo privado o por cuenta propia. Al fin, una variante al sistema esclavista de trabajo estatal, que solo ofrece pobreza al trabajador honrado, y dolores de cabeza al que “lucha” en algún puesto a la sombra de la corrupción institucional. Ya no habría que rezar para que no falleciese o abandonase el país, o simplemente se casase y se mudase de lugar el propietario del merendero o paladar particular en el que laborabas, pues ahora, según la nueva regulación se ampliaba la posibilidad de venta de comida o alimentos ligeros para particulares.

Por tanto, se alegraron las amas de casa, los jóvenes desempleados, los padres de familia, y cuanto sujeto emprendedor alberga la ciudad de Camagüey y del resto del país (muchos por cierto) pues la cantaleta oficialista pregonaba tentadoras facilidades: garantía de seguridad social, impuestos bajos, período de prueba para cerciorarse de la viabilidad del negocio escogido, equipamiento de tiendas donde a precios módicos se ofertarían las materias primas y bla, bla, bla… Con estos cantos de sirenas atrajeron al rebaño de soñadores, que pronto chocó con el duro muro de la inoperancia estatal.

No existía infraestructura para atender a cientos de miles de interesados, como locales suficientes, personal facultado, ni medios digitales de computación, etc. Por lo que las infames colas de hasta tres días de antelación y más, doblaban las esquinas. El papeleo era de película (de terror por supuesto), el corre para para allá y para acá era tremendo. El peloteo, como se dice en buen cubano fue el protagonista principal del dantesco escenario.

Los impuestos, comenzaron a rapiñar más de la mitad de las ganancias y con el resto habría que pagar la seguridad social. Trabajas como un condenado, inventa para adquirir la materia prima y encima un descuento de forma obligatoria para la seguridad social.  ¿Y si el negocio no te resulta y al cabo de cinco años devuelves la patente, tienes derecho a seguridad social? Por supuesto que no, amigo mío. ¿Pero te devuelven al menos todo lo que pagaste, no? Nada de eso, solo en tus sueños.
                  
El resultado fue el mismo de siempre, el fracaso absoluto. La gente haciendo las mismas colas para devolver la patente al ver lo poco lucrativo que resultaba trabajar de forma independiente en un país que considera la independencia del ciudadano como una aberración. Los pocos que siguieron adelante en esta lucha contra la marea de contratiempos, cortesía de Castro’s Compañía se enfrentan a los temidos inspectores, capaces de ponerle la “carne de gallina” al más pinto y avezado  de los cuentapropistas.

Los inspectores, personeros del régimen, con refinados métodos de implementación del terror,  tienen bandera abierta para aplicar Decretos, que la población desconoce, que no se publican o refieren fuera de su propio círculo, por lo que pueden multarte en base al desconocimiento de forma justa o in justa, total nunca sabrás la diferencia.

Las reclamaciones hay que hacerlas a sus propias entidades (a las únicas que puede acudirse) en el 99 % de los casos ratifican la multa. Los inspectores tienen que cumplir un plan de imposición de multas  al mes, por lo que se intuye la arremetida contra infelices, pues es sabido lo que incentiva las tristes migajas una vez al mes.  A fin de cuentas, ellos son víctimas también de la trituradora humana que es la economía comunista. Si no multan,  pierden el empleo y su manera de vivir, incluido el sustento de su familia.

“Imagínate tú,” me comentaba una inspectora llamada Martha “yo tuve que dejar de trabajar como inspectora porque nunca cobraba completo el salario, por no poner suficientes multas, y ya me miraban con malos ojos mis colegas”.  Nada, si eres dueño de negocio propio, antes de salir a buscar el pan de cada día por tu cuenta, pídele a Dios no toparte con un inspector.

Camagüey, ciudad de tinajones, edificios de antaño que se erigen sobre adoquinadas calles de ensueño. Pareciera la descripción de una idílica villa ancestral sino fuese por los basureros en las esquinas, las colas y piñaceras,  por cualquier oferta en las tiendas o un servicio necesario.  La mendicidad es algo que va en aumento entre los lugareños de la tercera edad y discapacitados.

La bárbara  horda de inspectores asola la urbe, como buitres siempre prestos a picotear un moribundo botín.  Y como de los anteriores males referidos se ha hablado bastante, solo citare que hay otros muchos factores que agobian a los pobladores con sentimientos tan encontrados como la indiferencia, la ira, la impotencia, la risa, la incredulidad, y otra vez la indiferencia… enmarcándolos en círculo vicioso del que es casi imposible escapar. 
                                 
                       
Relación de los multados y sus fotos:
                       
Alejandro Consuegra Borrero  CI 76061410624 Simón Reyes # 468 entre Avenida de los Mártires y 1era Paralela. Rpto La Vigía.  Perteneciente al Comando Julio Sanguily del Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo y al Partido Pro Derechos Humanos de Cuba afiliado a la Fundación Andrei Sakharov. Mutado con 60.00 pesos y el decomiso de una lata de puré de tomate que llevaba para su consumo, aunque reclamó, no le devolvieron la lata, tampoco le quitaron la multa.
Yosbel Torres Ibarbia CI 83012615804. Ignacio Sánchez # 183 entre Sta Rosa y San Ramón. Teléfono: 58159731, su esposa Maidelys López  CI 84072818071. Calle Ignacio Sánchez # 183 entre Santa Rosa y San Ramón, Camagüey. En la foto sus tres niñas bajo peso y carentes del mínimo de condiciones económicas para su desarrollo. Este matrimonio de cuenta propistas pertenecen al Comando Julio Sanguily del Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo y al Partido Pro Derechos Humanos de Cuba afiliado a la Fundación Andrei  Sakharov. En varias ocasiones han sido multados con 700.00 pesos  por vender galletas caseras cerca de la Terminal del Ferrocarril de la ciudad, esto ha generado actos de protesta masivos por parte de los demás colegas defensores de derechos humanos generando incluso enfrentamientos con la policía, razón por la que los inspectores le retiraron la multa al sumarse incluso pueblo que comentaban del abuso contra estos padres de familia. A estos jóvenes los asedian los inspectores también en represalia por su activismo, las denuncias que hacen la participación de Yosbel en el blog Camagüey: “Voces sin Censura” y la ubicación en su casa de la sede  del Comando Amalia Simoni del Movimiento Femenino por los Derechos Civiles “Rosa Parks” del cual es miembro Maidelys.
Jhonny Castellanos vecino de Sta Rosa entre Ignacio Sánchez y Emiliano Agüero Varona al que multaron por vender frituras de harina en un carrito frente a su casa, con una multa de 100.00 pesos. Este joven, padre de familia, sin ser opositor se acercó a esta periodista independiente, para hacer la denuncia de lo que consideraba un abuso.


Mario Calderín García, miembro del Comando Julio Sanguily, del Frente de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo y del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba afiliado a la Fundación Andrei  Sakharov. Se encontraba en el municipio de Guáimaro de la provincia de Camagüey y fue abordado por una señora que le preguntó qué vendía, él le dijo que extracto de vainilla, pomitos caseros de este sabor que se utiliza en la elaboración de dulces. El tenía 4 pomitos en una jaba, y otros frasquitos vacíos. Fue entonces cuando la señora se declara inspectora y le pide documentos para multarlo. Mario se niega refiriendo que 4 pomitos era una miseria y que no ameritaba una multa. Le dio la espalda y se fue, la señora corrió en busca de la policía quienes lo detuvieron y condujeron a la unidad, donde la inspectora quería acusarlo hasta de amenaza, pues le molestó la actitud de un defensor de derechos humanos que vociferaba el desmán de querer multarlo con 1.500 pesos por unos pomitos de vainilla. Gracias a que aún queda un poquito de dignidad en esta tierra de corrupción, la carpeta de la unidad, una joven amable, mando a dos policías a investigar la acusación de la inspectora quien quedó desmentida al relatar los testigos que no hubo amenaza alguna. Aun así, la multa le fue aplicada, más no la acusación de amenaza gracias a Dios y a testigos valientes que no dudaron al declarar la verdad. El nombre de esta inspectora extremista es Maricel Quiñónez Mederos.

La lista de abusos y arbitrariedades no termina aquí, es tan larga que sería engorrosa de leer, no en balde hay una frase en el argot popular camagüeyano bastante ilustrativa: “En Cuba es ilegal hasta la sonrisa”

Tuesday, February 10, 2015

Una obra sin futuro

Por: Daneibys de la Celda Duany
Telefono: 53847969

De todos es conocido que en el país existe un alto nivel de corrupción en cualquiera de las ramas de la economía, inducido de forma básica, por la falta de control histórica a todos los niveles. En la provincia de Camagüey, esto se ha hecho visible en un local en construcción.

En la calle García Roco entre  A y Emiliano Agüero Varona, en el Reparto Beneficencia en la llamada “ciudad de los tinajones”, una cuartería lleva dos años en una reparación capital constructiva, sin que sus moradores hayan logrado verla terminada.

Cuatro Jefes de Obra han pasado por el lugar, según cuentan los vecinos, han resuelto problemas propios durante su estancia por la construcción y los afectados, todos personas humildes, esperan desconsolados por que se respete su derecho a tener una casa digna.

Uno de los moradores del lugar es la señora Candelaria Díaz Gómez, que lleva viviendo allí 12 años, en condiciones bien difíciles y no ve llegar la tan anunciada mejoría.

Esta señora es además discapacitada, y se ve obligada a hacer sus necesidades fisiológicas en una cubeta a falta de servicio sanitario.

Refiere que sus ingresos están basados en una ínfima chequera, la cual no le alcanza ni para vivir, por lo que se halla en una completa miseria, ni siquiera tiene un colchón donde dormir, lo hace en una especie de cama de tablas.
Su problema es uno más del rosario de los que existen en esta cuartería y que son nombrados por el oficialismo: casos sociales.

Todos viven con conexiones de agua inventadas, los escombros frente a la cuartería sin ser recogidos y el pasillo de acceso no ha sido terminado. Por allí pasa la línea del tren, ya que están en el andén, y circulan trenes de carga y pasajeros.

Estas dificultades sociales se multiplican en un ambiente político económico, que es hostil a la dignidad humana. 

Camagüey, 7 de febrero de 2015
Este se supone sea el baño
El cubo donde hacen sus necesidades
La cama de Candelaria